:: La antología “Óyeme con los ojos” es editada por la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL.

Patricia Rosas Lopátegui: Óyeme con los ojos
Por: Irma Idalia Cerda



Los versos de Sor Juana Inés de la Cruz aún hacen eco en las conciencias femeninas. No es casualidad que escritoras del siglo XIX  al XXI hayan encontrado en la poetisa y dramaturga una influencia natural, una comunión inevitable y una musa poderosa.
Patricia Rosas Lopátegui detectó una conexión importante entre estas damas de la literatura con la llamada “Décima Musa” en  “Óyeme con los ojos”, antología editada por la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL a través de la Dirección de Publicaciones.
En “Óyeme con los ojos” se concentran las ideas de 21 féminas, cuyo espíritu libre ha sido y es testimonio de una lucha constante por la igualdad de género. Así el lector puede encontrar la fuerza, la inteligencia, la reflexión, la rebeldía , la pasión y, sobre todo, el momento histórico en la vida de cada una de ellas. 
Luego de una ardua labor de dos años, Rosas Lopátegui  recopiló en dos volúmenes la selección de textos, biografías, semblanzas, entrevistas y parte de la obra de las escritoras elegidas para promoverlas principalmente entre los estudiantes, pues considera que aún falta mucho por reconocer el legado de las grandes amazonas de las letras.
En el primer volumen Sor Juana encabeza la lista. Figuran también: Nahui Olin, Antonieta Rivas Mercado, Nellie Campobello, Guadalupe Dueñas, Elena Garro,  Pita Amor, Rosario Castellanos , María Luisa Mendoza,  Amparo Dávila e Inés Arredondo.
En el segundo tomo aparecen Luisa Josefina Hernández, Elena Poniatowska, Beatriz Espejo, Silvia Molina, Sabina Berman, Estela Leñero, Ana Clavel, Cristina Rivera Garza, Carmina Narro y Liliana V. Blum.
“Al estar recopilando todo este material, me di cuenta que Sor Juana era un referente en todas estas escritoras, en la mayoría de las escritoras mexicanas y esa pauta me la dio la misma lectura.
“Simplemente un día estaba frente a mi computadora y tenía más o menos bosquejado lo que quería armar con esta antología y me preguntaba cómo hacerla diferente, que no fuera algo convencional.
“No quería hacer tampoco un diccionario de escritoras. Mi intención era que cuando el lector termine de leer el capitulo dedicado por ejemplo a Antonieta Rivas Mercado, sepa en qué contexto vivió ella, quién fue y por qué es una de las figuras relevantes  dentro de la cultura mexicana y que tenga acceso a su obra creativa -es decir hay una selección de cuentos y ensayos- y luego cómo fue vista Antonieta por otros, por ejemplo”,  explicó.
En opinión de Rosaura Barahona, editorialista y quien fuera profesora de la autora en el Tecnológico de Monterrey, “Óyeme con los ojos” es un trabajo muy minucioso por parte de Rosas Lopátegui, porque no sólo se concreta a una compilación de biografías, sino que condensa lo mejor de la obra de cada una de las 20 escritoras y las enlaza por medio de Sor Juana, a la que llamó el  hilo conductor.
“A mí en lo personal me gustó muchísimo la selección que hizo. Lo que es muy fascinante es que los libros parten de Sor Juana, porque si hay alguien que se merece el adjetivo de inagotable es ella.
“Entonces me encantó que Paty lo que hace es tomar a Sor Juana y la usa como una especie de hilo conductor con todas las escritoras,  y ya sea que escoge un texto en donde ellas escriben sobre Sor Juana, o les pregunta qué creen sobre ella y deducen de su obra elementos que hayan sido afines a Sor Juana”, comentó.
 
DESPROPORCIóN GENÉRICA
Patricia Rosas Lopátegui encontró también en cada una de sus seleccionadas un común denominador: todas se cuestionan el papel de la mujer a través de los tiempos, lo cual se ve reflejado de alguna manera en los textos.
“Todas desempeñan una conciencia crítica. Muchas de ellas incurrieron en la política, es decir, no solamente como creadoras, sino también como activistas, por ejemplo: Elena Garro, Antonieta Rivas Mercado, Nellie Campobello, quien fue una gran defensora de los derechos de los indígenas que criticó constantemente la traición de la revolución”, afirmó.
Para la investigadora , biógrafa y académica de la Universidad de Nuevo México, considera que todavía la sociedad sigue viviendo con patrones falocéntricos en donde la mujer todavía padece muchas limitaciones, pese a que ya muchas ejercen su profesión y se han hecho valer dentro de los ámbitos político e  intelectual, pero sostiene que aún falta mucho por hacer.
“Todavía estamos ante una gran desproporción genérica. Simplemente los invito a que vean cualquier catálogo de cualquier editorial y comparen la cantidad de hombres publicados, y la cantidad de mujeres publicadas, es decir, todavía no estamos en el mismo nivel”, aseveró.

ROSTROS DE COLECCIóN
Agustín García Gil, otro de los presentadores de la antología, hizo un esbozo en relación a las emociones que la obra le produjo, especialmente los retratos de estas mujeres que comparten el mismo espacio en “Óyeme con los ojos”.
“Me metí en el primer libro casi sin darme cuenta,  y empecé a interesarme a ver las primeras fotos, fuera de la pintura de Sor Juana, que no tiene nada que ver con la monja jerónima, los retratos son excelentes, antes de verlos nunca hubiera pensado que la mayoría de la autoras mexicanas son mujeres hermosas.
“Todas son buenas para posar, para construir un personaje ante la cámara. Me sorprende la concordancia entre esas creaciones y lo que ofrecen en sus textos. Amparo Dávila por ejemplo, es una doble notable de Lorena Velázquez que imita para esta foto a Kim Novak en Sortilegio de Amor.
“Inés Arredondo y Guadalupe Dueñas son heroínas de la nueva ola francesa fotografiadas en estricto blanco y  negro; Elena Poniatowska con sus perlas es la condiscípula rica de Maricruz Olivier; Elena Garro se acomodó para la foto, pero seguramente en el momento que disparó la cámara se halla sostenida por el pulso del gato que acoge en brazos, mientras el mundo interior se le desborda sin control a través del rostro”,  observó al mismo tiempo que recomendaba que valía la pena adquirir los volúmenes sólo por las imágenes .